viernes, 17 de julio de 2009

EL TRABAJO IDEOLÓGICO, DE COMUNICACIONES Y PROPAGANDA

Por: Juan Andrés Lagos

Es indudable que una de las grandes fortalezas del sistema de dominación que opera en Chile es el poder hegemónico sobre los espacios mediáticos; los medios de información y de prensa; los contenidos de las agendas culturales y artísticas y las bases materiales que fundan esta suerte de totalitarismo integral.

La sociedad chilena está muy lejos de ser una sociedad de ciudadanos en un contexto plural. El sistema ideológico y cultural dominante se ejerce desde un poder incontrarrestable, hasta ahora, y tiene como propósito distanciar y neutralizar todo intento emancipador desde la misma sociedad, evitando el surgimiento de ideas, paradigmas, procesos y movimientos que podrían abrir grietas al propio sistema.

El pluralismo político, ideológico, cultural y valórico son cuestiones absolutamente pendientes para la construcción de un Estado democrático de verdad, y en rigor los espacios de pluralismo y democracia, en estos ámbitos, se han conquistado con mucho esfuerzo y absolutamente a contracorriente.

Ciertamente que la acción orgánico-política de los partidos y fuerzas de izquierda y progresistas, así como de los movimientos y expresiones sociales, artísticas y culturales surgidas en la batalla emancipatoria, que construye nuevos sujetos socio-políticos, es clave en este quehacer, para romper la hegemonía reinante.

Del mismo modo, es necesaria una política de alianzas que en medio del debate de ideas y lucha ideológica va conquistando mayores espacios para las propuestas, valores e ideas que emergen hacia un nuevo paradigma democrático y popular.

De la rica herencia leninista, en este aspecto, podemos rescatar y proyectar la concepción que refiere a la agitación y propaganda (comunicaciones en los hechos), como el instrumento privilegiado para generar procesos de dirección política en y desde las masas. En otras palabras, las comunicaciones, la agitación y propaganda, la acción artístico-cultural, como procesos de construcción de identidad de sujetos que asumen y construyen dirección política en movimiento. También que disputan con el poder hegemónico en el terreno de las ideas, valores y creencias.

La concepción leninista, en este sentido esencial, se distancia de toda mirada burocrática de los procesos comunicacionales e ideológicos, y por cierto de toda mirada burocrática de los procesos políticos.

En la historia del Partido Comunista de Chile y del Movimiento Popular chileno, estos aspectos han tenido gran relevancia, y se nos presentan como un fuerte e intenso acervo en el quehacer político y orgánico.

Esta herencia nos proviene de los fundadores, desde el propio Luis Emilio Recabarren, quien dedicó sus principales esfuerzos políticos a construir y organizar periódicos obreros y populares; al arte y en especial al teatro; a escribir y dar una intensa lucha ideológica en medio del intenso proceso de construcción política y social de clase obrera naciente.

Así como fue todo eso, también supo comprender la necesidad de dar la batalla en el Parlamento burgués, y por ello luchó para ser elegido parlamentario y fue un parlamentario del naciente campo popular.

En el presente, el PC y las fuerzas fundantes de esta nueva etapa de construcción de la izquierda deben asumir con creatividad e intensidad este desafío, en estos ámbitos.

Se requiere colocar en el centro de la actividad política y orgánica los asuntos de la AGP, de las comunicaciones, de la cultura y el arte, insertos en los procesos de acumulación de fuerzas desde el campo popular.

Se requiere avanzar en un camino que por momentos se nos ha debilitado demasiado. Este es el momento para que en las estructuras de dirección partidaria y del movimiento socio-político que se desarrolla debatan ideas, planes, acciones, discursos.

Si en esto avanzamos, con rapidez, estaremos abriendo grandes potencialidades de crecimiento al movimiento y al Partido en las masas. De lo contrario, será más largo, lento y tedioso, y el riesgo de reproducir lo orgánico en el quehacer de masas puede burocratizar nuestra propia actividad política.

Tenemos instrumentos y un gran acervo para enfrentar esta tarea, y sobre esas bases hay que empezar a apurar el tranco.

martes, 14 de julio de 2009

LAS MASAS: SU CONCIENCIA, SU ORGANIZACIÓN Y SU DIRECCIÓN

Los pueblos del mundo, progresivamente, han vuelto a asumir la ofensiva en los procesos sociales. Desde el enorme reflujo que significó la caída de las experiencias socialistas en los países de la URSS y del Bloque Socialista de Europa Oriental, el «polo» de las fuerzas del progreso y de las luchas de liberación se han recuperado a un paso mucho más acelerado de lo que muchos esperaban y de lo que otros deseaban.

La ficción de la unipolaridad, que pretendieron –con cierto éxito- vendernos, ha ido chocando cada vez más, desde los propios años 90, con la real existencia y continuación de este otro polo que, a pesar de la debilidad y las deserciones, se mantuvo firme en la lucha contra el capitalismo y su expresión neoliberal, contra el imperialismo y su política guerrerista, por un mundo de paz y de justicia, libre de explotación.

Si bien es cierto, en los primeros años, ante un imperialismo embriagado de triunfalismo al surgir hegemónico ganando la Guerra Fría, las fuerzas del progreso en el mundo tuvieron que asumir una táctica defensiva, reivindicando los principios de lucha –en muy difíciles condiciones-, así como la necesidad de la permanencia de sus estructuras organizadas más consecuentes.

Durante este breve tiempo, en la búsqueda de mucha gente por nuevos paradigmas, avanzaron concepciones y planteamientos distorsionados de la lucha social, pretendiendo crear «algo nuevo, distinto».

Así, fueron ganando espacio los discursos asambleistas, donde todo hay que discutirlo y todo aprobarlo por todos en grandes asambleas donde todos participen, sin importar cuánto dure la discusión y si sobre lo que debía discutirse ya había perdido pertinencia, sólo con el supuesto principio de discutir, aunque realmente se producía una inactividad de las masas.

Los discursos horizontalistas, en los que se planteaba la supuesta necesidad de eliminar toda forma de organización «vertical» por ser «antidemocrática», nada de presidentes, secretarios generales, coordinadores, jefes, responsables, delegados, juntas directivas, direcciones nacionales, nada que diera noción a «jerarquía», generándose realmente una inoperatividad de las masas.

Los discursos basistas, donde nada debía verse, discutirse o resolverse sin pasar por el filtro de las bases –textualmente hablando-, es decir, no era tener en el centro del conjunto de decisiones el interés y las necesidades de las bases (término muy empleado en contraposición de las masas para darle personificación beligerante), sino que sean las bases las que decidan todo, claro, en grandes asambleas horizontales, sin importar el carácter y tipo de tema o discusión; pero, al no permitirse ningún tipo de estructuración, era imposible –adicionalmente al ya largo tiempo transcurrido- la instrumentación práctica en ámbitos geográficos o políticos diversos.

Claro, a todo esto se sumó «el milagro» del Internet, un verdadero salto tecnológico en las comunicaciones, dando origen –todavía en la búsqueda de caminos- a la delegación mediática de la lucha, a sustituir la posibilidad de las diversas formas de lucha de masas –transversalizadas por un profundo combate ideológico- por la llamada «batalla de ideas» a través de páginas Web que ilusoriamente transformarán las conciencias y producirán los cambios necesarios, es decir, las guerrillas cibernéticas para la «guerra de cuarta generación».

A pesar de estas concepciones y planteamientos distorsionados, las fuerzas del progreso –y muchos de los desilusionados- han corroborado en la práctica concreta la necesidad de mantener la lucha, que ésta no tiene límites ni fronteras, que es necesario discutir y ganar voluntades por todas las formas necesarias, pero, que deben existir estructuras organizativas que permitan activar este potencial, operativizar e instrumentar líneas políticas de acción.

Las históricas condiciones objetivas y subjetivas para la lucha y las transformaciones revolucionarias mantienen su vigencia.

Las masas siguen siendo el factor fundamental, imprescindible, definitorio en los momentos cumbres de la lucha revolucionaria.

Pero, ¿es el único factor? No. Las masas sin conciencia de clase, sin organización, sin política clara, sin una dirección orgánica que exprese sus anhelos, intereses y necesidades, no cumplirán su rol histórico.

Tribuna Popular

EL CHILE ACTUAL Y LA TERCERA EDAD: UN DESAFÍO DE TODOS

Por: Vladimir Sepúlveda Conte,

Los grandes cambios sociales y económicos verificados a partir de la segunda mitad del siglo XX, han contribuido a la modificación del perfil demográfico de los países. Chile no escapa de esta tendencia y, a partir de la década de los 80 se encuentra, junto con Argentina, Cuba y Uruguay dentro de la etapa avanzada de transición demográfica hacia el envejecimiento de la población con natalidad y mortalidad moderadamente baja, lo que se traduce en un crecimiento natural del orden del 1,4 por cada cien personas anualmente.
El comportamiento de la fecundidad, la mortalidad y las migraciones internacionales afectan el crecimiento y la distribución por edades de la población, dando lugar a la disminución, estancamiento o expansión de diferentes grupos que, a su vez, articulan demandas diferenciadas.
Es la primera vez en la historia de Chile, que un creciente número de personas llega a la ancianidad. El proceso del envejecimiento tiene ya y provocará a futuro un gran impacto en sectores estratégicos de la estructura y tejido social del país.
Tomar conciencia de la forma en que envejece la población es aproximarse al conocimiento de las necesidades sociales, económicas, previsionales y de salud que Chile deberá afrontar.

PARTICIPACIÓN SOCIAL DE LA TERCERA EDAD.
Quizás el concepto de participación social sea un tanto impreciso por la cobertura significativa y amplia que implica.
Una primera significación es que los adultos mayores reclaman y exigen espacios sociales en donde poder interactuar con el resto de la sociedad. Surgen así los movimientos asociativos de adultos mayores conformando Uniones, Clubes; Centros, en definitiva, creando organización social.
Chile está viviendo un interesante proceso de asociatividad de los adultos mayores. Hoy el 20% de ellos están organizados, esto es, alrededor de 300 mil personas.
Lo anterior implica que los adultos mayores se han transformado en actores sociales legitimados ante las autoridades tanto a nivel comunal, regional y nacional.
De esta forma pueden dialogar con las autoridades, exigir soluciones a sus problemas y pueden participar en las instancias de decisión. Pasan a ser así considerados como grupo de electores capaces de dirimir eventuales elecciones políticas en cargos de elección popular.
En otros términos los adultos mayores pasan a tener poder. De ser personas que estaban marginadas de la sociedad, no tomadas en cuenta y no consideradas por los demás actores de la sociedad, se convertirían en protagonistas sociales con significativa influencia.
Esta participación social no es solo en el amplio campo de los socio-político. En una segunda significación, es también conquistar espacios en el área de la cultura, entendida ésta como manifestación artística y comunicacional. Hoy parte de los adultos mayores se “inician” por primera vez en la literatura narrativa, en la poesía, en la pintura, en la escultura, en la recreación histórica, entre otros.
De esta manera los adultos mayores reconquistan espacios dentro de la sociedad, los mismos que quizás ocuparon en etapas anteriores de su vida, pero que una vez llegados a la vejez, les fueron quitados.
Los adultos mayores, tal vez, porque disponen de más tiempo y porque desarrollan una sensibilidad social más aguda, participan en diferentes formas de “voluntariado”, que en definitiva busca servir a otros.
También este voluntariado se visualiza en la participación de organizaciones cívicas como las Juntas de Vecinos, donde hay una mayor participación de adultos mayores.

EXCLUSIÓN DEL ADULTO MAYOR.
Chile se encuentra en una etapa de transición demográfica hacia el envejecimiento, por lo que los temas relacionados con los adultos mayores debe ser una prioridad para los chilenos de cualquier edad, entendiendo a este grupo etáreo como parte importante de la clase trabajadora de este país.
Los adultos mayores en Chile representan el 11,5% de la población total, registrando un aumento de 0,5% en los últimos tres años. Así lo demuestran los resultados de la Encuesta de Caracterización socioeconómica (CASEN 2006).
Cifras extraídas de este estudio muestra que en 1992 las personas mayores de 60 años constituían solo el 9,8 por ciento de la población. Hoy, los adultos mayores llegan a 1.717.478; de ellos el 55,9% son mujeres y 43,1% son hombres.
Lo más desfavorable de la exclusión es el sentimiento de estorbo, de soledad. Junto con esto, la arquitectura de nuestras ciudades y los planes de urbanización tampoco permiten la convivencia de familias extendidas, primando la convivencia con personas de la misma edad, rompiéndose la camaradería que antes era primordial entre distintos miembros de una familia.

SEXUALIDAD EN LA TERCERA EDAD.
Según el Departamento de Medicina Geriátrica de la Universidad de Chile, hay dos aspectos en la vida humana que otorgan bienestar físico y mental a los individuos: su capacidad de trabajar y de amar. Sin embargo, dice que cuando las personas llegan a la vejez la sociedad tiende a rechazar sus manifestaciones sexuales. “Todos los prejuicios sociales castigan al anciano privándolo de su derecho a mantener una actividad sexual satisfactoria”, plantea.
Si bien los cambios anatómicos y el envejecimiento fisiológico propenden a un cese de la actividad sexual, ello no implica que los adultos mayores abandonen sus relaciones físicas, las cuales, probablemente, irán adquiriendo nuevas características con el paso de los años.
“Está demostrado que el sexo y la sexualidad juegan un papel importante en el envejecimiento saludable y pleno, pero hay muchos elementos que atentan contra ello. En un mundo donde se privilegia la juventud y productividad no es difícil que tengamos miedo de llegar a viejos”, indica la profesional de la Universidad de Chile, Dra. Adela Herrera. En el caso de la mujer, la especialista sostiene que el climaterio anticipa este sentimiento de vejez, que en el hombre se presenta dos décadas más tarde. “Es un mito que en esta etapa se pierde el apetito sexual. Lo único que se ha probado es que la duración de la fase orgásmica de la mujer cuya edad fluctúa entre los 50 y 70 años sufre una disminución paulatina sin mayor importancia. Es más, de acuerdo a estudios realizados en el extranjero, la actividad sexual periódica protegería contra las alteraciones fisiológicas del envejecimiento en la anatomía sexual femenina”.
Y añade que esta etapa de la vida, que en general coincide con el abandono de los hijos del hogar, otorga a la pareja una mayor libertad sexual, pero también produce mayor inseguridad, sobre todo, en las mujeres, ya que advierte que la gran mayoría -obsesionadas con la juventud- dejan de sentirse bellas y, por lo tanto, sexualmente atractivas. “Nuestra sociedad permite a los hombres envejecer sin ser tan duramente juzgados por su apariencia física, lo cual no ocurre, desafortunadamente, con las mujeres”.
La profesional añade que por viudez o abandono de la pareja, muchas mujeres quedan solas y les resulta muy difícil rehacer sus vidas con otra persona. “Ha existido una fuerte tendencia social a considerar negativamente el establecimiento de nuevas relaciones afectivas e incluso de nuevos matrimonios para las viudas. También ocurre que las mujeres más ancianas, cuando se vuelven a casar, lo hacen con personas de mayor edad transformándose en cuidadoras, al contrario de lo que ocurre con los hombres que suelen contraer matrimonio con mujeres mucho más jóvenes”.
“A veces las personas olvidan que los adultos mayores tienen una vida sexual y les imponen conductas y normas que atentan contra ella. En algunos casos los separan de dormitorio o incluso los hijos se reparten a los padres llevándoselos a distintas casas sin sospechar que la intimidad emocional entre ellos, las aproximaciones físicas, caricias y complicidad, son fundamentales en sus vidas”. La especialista concluye señalando que los ancianos requieren mayor educación sexual, mientras que la sociedad en su conjunto tendrá que sensibilizarse con este tema para que la población senescente tenga una mejor calidad de vida.

DEMANDAS Y REIVINDICACIONES DE LA TERCERA EDAD

1.- Eliminación del descuento del 7% de salud: no es efectivo que la salud sea gratuita para los pensionados y montepiadas de Chile, aún cuando estos sean mayores de 60 años de edad. Hoy, los aproximadamente 850.000 pensionados del INP aportan mensualmente al fisco más de 7.500.000.000 (siete mil quinientos millones de pesos). Se debe considerar que también este sector, contribuye con el Estado, cancelando el 19% del IVA. El Fisco se incrementa con 600 millones de dólares anuales por este concepto. Con el aporte del 7% en salud de los pensionados y montepiadas, se ayuda a financiar las licencias médicas del sector activo. El descuento anual del 7% de salud equivale a un mes de pensión. En la práctica reciben 11 meses de pago al año, en vez de 12 meses.

2.- Acceso a los beneficios de la reforma Previsional para todas las mujeres pensionadas a partir de los 60 años.

3.- Reposición inmediata del derecho de la cuota mortuoria, perdido en el marco de la misma reforma Previsional.

4.- Nivelación del montepío al 100%. En el sistema del INP existen aproximadamente 245.000 viudas, de las cuales solo el 50% de ellas recibe el 100% de la pensión del causante y el resto es discriminada, lo que atenta en contra de la mujer chilena, contraviniendo expresamente el artículo 19, inciso 2° de la Constitución: La igualdad ante la ley “En Chile no hay persona ni grupos privilegiados. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley. Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias”.
 Las viudas de las FFAA, ferroviarios y Seguro Social, reciben el 100% de la pensión del causante.
 Las viudas del sector Marina Mercante, reciben el 75% de la pensión del causante.
 Las viudas del sector INP restante recibe solo el 60% de la pensión del causante. Donde se encuentra la mayor parte de jubilados y empleados públicos.

Existe una discriminación que atenta contra el sentido de igualdad ante la ley. Además el financiamiento del jubilado se realiza en un presupuesto anual, por año calendario, dándose el caso que si muere en febrero (por ejemplo), a su viuda se le resta inmediatamente el 40% de la pensión, la cual queda para fondos fiscales desde el mes siguiente que fallece el pensionado.

5.- Deuda histórica del Estado de Chile, devolución del 10,6%. Pago a los pensionados y montepiadas, del reajuste de 10,6% que la dictadura militar no otorgó por los meses de enero a abril de 1985 al sector pasivo de ese entonces. El reajuste sirvió para ayudar a la Banca Privada, quebrada en ese entonces. Hoy la Banca ya canceló su deuda al Estado de Chile y éste no ha devuelto a los jubilados y montepiadas.

6.- Cálculo real del IPC para la Tercera Edad, con canasta de 150 artículos en vez de los 480 artículos vigentes.

7.- Nivelación de pensiones mínimas con el ingreso mínimo mensual de los trabajadores activos.

8.- Modificación legal que permita incluir a las personas mayores, como grupo vulnerable específico en la legislación sobre Violencia Intrafamiliar, que actualmente solo se refiere a mujeres, niños y discapacitados. Además permitir que los tribunales de familia puedan establecer medidas de protección especiales en el caso de persona mayor abandonada que requiere cuidados. En este marco, cabe resaltar que se encuentra en segundo trámite constitucional el Proyecto de Ley que tipifica al maltrato a las personas mayores. La iniciativa busca modificar la ley 20.066 de Violencia Intrafamiliar con el objeto de incluir el maltrato hacia el adulto mayor en la legislación nacional y generar medidas de protección para ellos.

lunes, 13 de julio de 2009

Los Representantes Comunistas en el Parlamento



Por : LUIS EMILIO RECABARREN

Periódico La Federación Obrera

Santiago de Chile, abril 7 de 1922


El objeto que nos lleva al Parlamento, a la Cámara de Diputados o al Senado, es única y exclusivamente conquistar una posición más para nuestra propaganda revolucionaria, antiparlamentaria, anticapitalista, y de ataque directo al estado burgués y a sus instituciones decrépitas.Un representante comunista no va al Congreso a hacer política, a “ cooperar con los burgueses, a pedir empleos, a mendigar sueldos, o a intrigas entre pasillos”.


El parlamentario comunista investido de la representación de un partido serio que encierra en sí las aspiraciones y la voluntad de las masas ya no sumisas; va a la Cámara a destruir, a despedazar con su crítica libre y severa, la dialéctica jesuítica y sofística, de los representantes burgueses; y a iluminar, con el resplandor de la doctrina comunista los problemas vitales que nos acosan.


El representante comunista en la Cámara, sigue siendo antiparlamentario, sigue combatiendo el parlamentarismo; y sus ideas en el Congreso, no difieren de las que expresara en vísperas de elecciones, y en su vida privada, ante sus electores.Los que confunden, al Diputado comunista con el Diputado burgués, no saben lo que dicen.


Votar por un candidato burgués, equivale a votar por un enemigo.


Todo burgués es necesariamente conservador; y todo burgués investido de una representación o de un poder, es necesariamente reaccionario; sufragar, pues, por un candidato burgués, sólo sirve para ayudar a la reacción, al chauvinismo, a la filosofía pantagruelica de los amos imperialistas, cuya obtusa mentalidad perpetúa los axiomas de los pangloss clásicos.


La “política” comunista de que hablan con énfasis de oráculos nuestros adversarios, “cooperadores” o apolíticos, no perjudica al proletariado, a los diversos sindicatos, o a la causa de la revolución.


Y no puede ser de otro modo, ya que los hombres que mandamos a los puestos de mayor responsabilidad saben ceñirse estrictamente a los principios y directivas del partido, que resguardan en todo momento, y según el más recto criterio, los intereses de “todo” el proletariado, en general.


El Partido Comunista desde hace un año, tiene en el Parlamento, dos representantes.

Inútil afirmar que su “política”, para usar la palabra preferida de los que tratan, en vano! de desprestigiarnos, no ha dañado los intereses proletarios, ni disminuido el entusiasmo revolucionario,-ni debilitado la fe en un mañana mejor.


Por el contrario, los intereses de los trabajadores han sido defendidos con calor; el entusiasmo revolucionario se levanta hasta en los ranchos de paja y de terrón de nuestros trabajadores rurales, hasta donde ha llegado la palabra de nuestros diputados comunistas; y la fe en días mejores se enciende en los cerebros de todos los que sufren, de todos los que padecen, de todos los que penan, como la promesa de una vida nueva.


Nuestros compañeros actúan en las Cámaras con el aplauso unánime, con la aprobación más entusiasta, de la verdadera masa laboriosa de la nación.


A nadie, pues, le será permitido aseverar- sin recurrir en una mala fe manifiesta-, que, cuando presentamos un candidato a Senador por la provincia, es porque deseamos hacer política, cooperar con la burguesía, y llevar al proletariado por una vía que no le conviene.


Nosotros sostenemos que la tarea de propaganda y de crítica que desde un sillón del Senado puede hacer un representante comunista, beneficia y alcanza a todo el proletariado, y que, por lo tanto, toda la masa trabajadora, que en el fondo, es comunista, por más que no esté inscrita en su totalidad en nuestros registros- por cuanto piensa y obra, como aconseja el Partido Comunista, que no es otra cosa en suma, que la expresión política de la táctica ofensiva y defensiva del proletariado-, debe poner en movimiento todos los resortes de la agitación y de la propaganda, para asegurar el mayor éxito posible a la candidatura comunista, desentendiéndose de los clamores (lamentaciones de eunucos) de los pesimistas a ultranza; de los predicadores de la inacción, de la resignación y de la somnolencia; y de la voz monocorde de las sirenas impúdicas del cohecho.


El Partido Comunista tiene por objeto inmediato, capacitar, orientar y disciplinar científicamente a sus adherentes, para que constituyan la vanguardia revolucionaria del pueblo y desparramados sus miembros en todos los sindicatos, ayuden a dirigir la marcha del proletariado hacia el triunfo final de nuestras aspiraciones de abolir el sistema capitalista con todas sus injusticias y miserias.