jueves, 6 de agosto de 2009

CENDA : Carta Económica 02 de Agosto de 2009


HUGO FAZIO

El mayor peso de China en el escenario económico mundial se comprueba en diferentes formas. Una de ellas es el llamado diálogo estratégico y económico realizado en los últimos días de julio entre Washington y Beijing, que tuvo como tabla una serie de desequilibrios globales existentes en el mundo. En la coyuntura, la posición de China se refuerza al ser la única economía que se recupera en sus tasas de crecimiento cuando toas las economías miembros de la OCDE experimentan cifras negativas. China adopta permanentemente nuevas medidas para acentuar su presencia global. Una de gran trascendencia es apoyar con su elevado nivel de reservas internacionales la expansión hacia el exterior de las empresas estatales. Medida con la cual busca, al mismo tiempo, diversificar el empleo de su tenencia de reservas destinadas actualmente en un alto porcentaje a colocarlas en bonos norteamericanos del Tesoro.

La salida al exterior de las empresas chinas

La elevada acumulación de reservas internacionales por China, que a mediados de 2009 llegaron a US$2,3 billones, de los cuales a lo menos un 75% están colocadas en activos financieros norteamericanos, se transformarán en un factor activo de apoyo a las adquisiciones en el extranjero de empresas del gigante asiático, según anunció su primer ministro Wen Jiabao. “Deberíamos acelerar –manifestó en un discurso pronunciado ante diplomáticos- la puesta en práctica de nuestra estrategia de “salida” y combinar el uso de las reservas de divisas con la salida al exterior de nuestras compañías” (23/07/09). La formulación de la “estrategia de salida” consiste en fomentar y apoyar las inversiones directas (ID) de las empresas estatales chinas en el resto del mundo, lo cual desde luego va a incidir en la modificación del Mapa empresarial a nivel mundial.

“Esta es la primera vez que asistimos a declaraciones oficiales sobre este tipo de iniciativas –comentó el economista jefe para China del poderoso banco británico HSBC, Qu Hongbin-, que fomentan la compra de activos extranjeros por parte de sus empresas” (23/07/09). En 2008, ya las ID chinas de carácter no financiero alcanzaron a US$40.700 millones, en circunstancias que a comienzos de la década prácticamente no existían. En el año 2002 fueron apenas de US$143 millones. Hasta mediados de 2009, Business Week cifraba la inversión total de China en el exterior en US$170.000 millones, monto bajo con relación a la efectuada desde EE.UU. y la Unión Europea, pero que tiene un fuerte curso ascendente. Desde luego que la estrategia acordada debe intensificar notablemente ese proceso.

La decisión busca, paralelamente, cumplir con otro objetivo prioritario: no seguir acumulando reservas en divisas y, particularmente, en dólares norteamericanos. “En lugar de acumular reservas en divisas y activos financieros a corto plazo –recalcó el economista del HSBC-, el gobierno quiere que el país opte por activos corporativos reales de más largo plazo”. Parte importantes de estos esfuerzos se orientan a acceder a la propiedad o a participar en empresas de recursos naturales.

La estrategia tiene puntos de apoyo muy fuertes, pero, a la vez, se enfrenta en algunos países con dificultades. Entre los puntos a favor está la gran disponibilidad de reservas, lejos la mayor del mundo, así como en la actual coyuntura económica mundial la necesidad de muchos países y/o empresas de disponer de recursos líquidos cuando las cotizaciones de muchos activos se han depreciado.

Entre las dificultades está la resistencia que en países, particularmente miembros de la OCDE, existe por inversiones chinas en sectores determinados. Un ejemplo saliente de ello se produjo en la oposición que se produjo frente a la oferta de más de US$19.000 millones efectuada por Aluminium Corp (Chinalco) para adquirir acciones de la empresa minera angloaustraliana Río Tinto, accionista minoritario en Chile de La Escondida, a pesar de su apremiante necesidad de recursos. El rechazo se fundamentó principalmente dando argumentos políticos. “Las entidades estatales chinas –señaló el senador australiano Barnaby Joyce- no son más que un brazo del Partido Comunista” (23/07/09). Finalmente, Río Tinto descartó la operación, efectuando una emisión de acciones ascendente a US$15.200 millones y estableciendo un acuerdo con la otra gran empresa minera angloaustraliana, BHP Billiton, que no mucho tiempo antes había efectuado una oferta para adquirirla .

Dificultades grandes se han producido particularmente en EE.UU., donde en el año 2005 una polémica desarrollada en el Congreso norteamericano llevó a descartar la adquisición de Unocal por China National Offshore Oil (CNOOC). Los “mecanismos de mercado” en estos casos son reemplazados por decisiones políticas.

Pero, en definitiva, la tendencia es al incremento de las adquisiciones en el exterior por empresas chinas. Sinopec compró en algo más de US$7.000 millones una empresa petrolera suiza, Addax Petroleum, lo cual le dio acceso al crudo nigeriano y kurdo. China Minmetals ofertó US$1.400 millones por la australiana Oz Minerals. China Investment Corp., fondo soberano que cuenta con unos US$200.000 millones, tomó participaciones en empresas de recursos naturales de diferentes países, incluyendo de Canadá. China National Petroleum Co. (CNPC) como socio minoritario participó en una licitación para rehabilitar uno de los mayores yacimientos petrolíferos de Irak, encabezada por la británica BP Exploration Operating Co. “Todos dicen –comentó el presidente del Banco de Desarrollo de China, Chen Yuan- que deberíamos acudir a los mercados occidentales a comprar activos a buen precio. En lugar de ir a Wall Street –afirmó-, lo mejor es dirigirnos a países con recursos energéticos y naturales” (23/07/09).

La decisión de apoyar con reservas internacionales la adquisición de activos en otros países es una de un conjunto de medidas destinada de manera gradual a modificar el sistema global de reservas basado en el dólar norteamericano. El gobernador del Banco Popular de China Zhou Xiaochuan, en marzo de 2009, fundamentó avanzar en esta dirección y demostró que un mecanismo basado en una sola moneda exacerba los desbalances globales. Zhou propuso reemplazar el dólar por una divisa global, recordando que originalmente los derechos especiales de giro (DEG) del FMI fueron creados con este propósito, pero nunca se utilizaron en sus más de cuarenta años de existencia para cumplir esta necesidad.

China busca progresivamente aumentar el uso internacional de la moneda china, el renminbi, en operaciones de comercio y financiamiento con otros países . Desde junio empresas seleccionadas de un conjunto de ciudades chinas fueron autorizadas para utilizar el renminbi en transacciones con Hong Kong, Macao y países del ASEAN. Al mismo tiempo, bancos de Hong Kong fueron autorizados para emitir bonos a colocarse en los mercados internacionales en la moneda china. En la primera parte del año, además, el Banco Popular estableció mecanismos cambiarios bilaterales por US$95.000 millones con bancos centrales de seis países. El ya citado banco británico HSBC es de opinión que el proceso destinado a darle una función internacional al renminbi puede ser mucho más rápido de lo esperado. Señalando que podría dar como resultado que flujos comerciales por cerca de un 50% del comercio exterior de Beijing se efectúe en la moneda china hacia el año 2012. En la actualidad cubre menos de un 10%.

Las cifras de China del segundo trimestre son impresionantes. Su producto aumentó en un 7,9% anual y en 17% si se compara con el trimestre anterior. En cifras trimestrales anualizadas el crecimiento es de 68%. La tasa de inversión aumentó en junio 35% y dentro de ella la construcción en 80%, sector que emplea tantas personas como el exportador. Es resultado de una tasa de crecimiento de la formación bruta de capital fijo que aumentó hasta mayo en 49%, cifra sin precedentes. El principal destino de la inversión pública es una red de ferrocarriles urbanos y nacionales.

La influencia de China en el mundo crece al ser la primera gran economía que presenta señales reales de recuperación de la crisis, sin haber nunca ni de lejos experimentado cifras negativas. Sus mayores niveles de actividad han permitido la recuperación de las exportaciones efectuadas por los países vecinos. Su crecimiento en el segundo trimestre estuvo unido a un aumento de 10% del producto de Corea del Sur; un 20% el de Singapur; y en Japón y Taiwán la producción industrial, empujada por la demanda proveniente desde China, se incrementó respectivamente en 38% y 89% anual. La potencia asiática está a nivel regional desempeñando el papel de “locomotora”, inverso al de EE.UU. en relación con América Latina, en particular para los países más dependientes de su mercado, transformado en factor activo de sus contracciones económicas.

Su crecimiento y perspectivas futuras, Goldman Sachs estima que su producto superará al de EE.UU. el año 2027, atrae capitales desde el exterior. Hasta julio, durante 2009, la mayor apertura bursátil a nivel mundial fue concretada por la empresa china State Construction Engineering al recaudar US$7.300 millones. En ese lapso, la más grande efectuada en EE.UU. fue la de Mead Johnson Nutrition Co. por US$828 millones.

Sin embargo, su incidencia en América Latina va aún por debajo de las inversiones y acuerdos financieros suscritos en otros países. En 2008 materializó inversiones por US$24.000 millones, suma que representó un 18% de todas las efectuadas a la región e inferiores a las concretadas desde EE.UU. En 2009, las operaciones de más envergadura efectuadas han sido una línea de crédito soberana a Venezuela por US$12.000 millones, otra a Argentina ascendente a US$10.000 millones, un préstamo a la estatal brasileña Petrobras por US$10.000 millones, con un acuerdo paralelo de suministro de petróleo , y un financiamiento blando soberano a Ecuador de US$2.700 millones. En el caso de Chile el acuerdo de mayor envergadura fue el suscrito con Codelco en 2006 por la minera Minmetals, en que ésta entregó US$500 millones adelantados comprometiéndose la empresa nacional a suministrar cobre durante quince años. Esta operación se vinculó a una participación accionaria de 49% de Minmetals en el yacimiento Gabriela Mistral que debió abandonarse por la oposición que levantó.

La significación alcanzada por China en el mundo actualmente estuvo muy presente en el denominado diálogo estratégico y económico efectuado en los últimos días de julio en Washington entre la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y una delegación de Beijing encabezada por su viceprimer ministro Wang Qishan. “Las relaciones entre Estados Unidos y China –manifestó el presidente norteamericano, Barack Obama, en la inauguración del encuentro- determinarán el siglo XXI. Si conseguimos defender nuestros intereses a través de la cooperación –añadió-, el mundo saldrá beneficiado. Yo creo en un futuro –concluyó- en el que China sea un fuerte, próspero y exitoso miembro de la comunidad internacional, un futuro en el que nuestras naciones sean socias, no sólo por necesidad, sino por la oportunidad que eso representa” (28/07/09). “Estamos en el mismo barco –manifestó a su turno Dai Bingquao, uno de los más altos dirigentes chinos-, que ha sido brutalmente golpeado por el viento y las grandes olas de la crisis” (02/08/09). Mostrando así la necesidad de buscar puntos de entendimiento.

China es el principal tenedor de bonos del Tesoro con lo cual contribuye a financiar el gigantesco déficit presupuestario de EE.UU. que se estima por la Oficina de Presupuestos del Congreso norteamericano que llegaría al finalizar septiembre -cuando se cierra el año fiscal 2009-2010- a US$1,85 billón. La delegación asiática, expresó antes de la reunión su viceministro de finanzas, Zhu Gnagyao, “dejará bien claro que China espera que Estados Unidos adopte políticas económicas responsables para mantener la estabilidad básica del dólar y garantizar la seguridad de los activos chinos en Estados Unidos”. (28/07/09).

Por su parte, Washington sostuvo que el déficit está causado porque Beijing tiene una economía orientada excesivamente a las exportaciones, que en parte descansa en el consumo norteamericano. En un artículo publicado en Wall Street Journal, Hillary Clinton y Timothy Geithner, plantearon la necesidad de que China contribuya a “un crecimiento equilibrado y sostenible en los próximos años. Aumentar los ingresos personales y reforzar las redes de seguridad social para responder a las razones que obligan a los chinos a ahorrar tanto –argumentaron- proporcionaría un fuerte impulso a la demanda doméstica china y el crecimiento global” (27/07/09).

El diálogo coincidió en que debe superarse estos desequilibrios. Wang Qishan, manifestó que este acuerdo significa que “China se concentrará en el aumento de la demanda doméstica (…)” (29/07/09). Igualmente, se expresó la decisión de trabajar para llegar a acuerdos en la conferencia de Copenhague sobre cambio climático. Ambos países son actualmente los mayores contaminadores mundiales.

En las deliberaciones necesariamente estuvo presente la crisis del dólar, la necesidad de generar otro sistema mundial de reservas, así como los desequilibrios en cuenta corriente expresados en el abultado déficit estadounidense y, de otro lado, en el enorme superávit de un grupo de países, en primer lugar de China.

Igualmente se coincidió en promover una mayor presencia en los organismos económicos multilaterales de las economías emergentes. “Vamos a discutir las reformas al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras –expresó el secretario del Tesoro-, para ayudar a que las instituciones financieras internacionales sean más representativas para las economías emergentes dinámicas (…)” (29/07/08).

“Vivimos –expresó el académico norteamericano Barry Eichengreen- en un mundo multipolar donde ni EE.UU. ni China son suficientemente grandes como para ejercer por sí solos un liderazgo económico global. Para China –añadió-, liderazgo significa asumir riesgos adicionales. Pero para que esto sea tolerable, EE.UU. necesita aliviar a China de los riesgos existentes” (02/08/09). La hegemonía unilateral estadounidense ya no existe. El peso real de potencias emergentes, en particular de China, es muy grande. La relación mutua entre EE.UU. y China es compleja y necesaria de enfrentar. Definitivamente el mundo se está modificando.

“Pocos signos tan explícitos del cambio de los tiempos –editorializó El País- como el diálogo de Washington entre EE.UU. y China. Lo que comenzó en 2006 como un encuentro exclusivamente económico se ha transformado –agregó el diario español- (…) en un indisimulado foro de rango mayor en el que las dos superpotencias del siglo XXI, una ejerciente, la otra en ciernes, escenifican la necesidad de entenderse en casi todos los temas cruciales (…)”.

Beijing –agregó- “ya es el banquero por antonomasia de Washington (…) su desarrollo desde 1978 ha sido el más espectacular de la historia y previsiones solventes estiman que en veinte años su economía superaría a la estadounidense. Frente a este gigante que se consolida (…) el declive estadounidense como actor único es evidente. Irak, militarmente, o la crisis mundial concebida en Wall Street lo certifican” (29/07/09).

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